Los autos eléctricos han ido ganado autonomía, lo que los ha convertido en una excelente opción a la hora de realizar viajes largos y al mismo tiempo seguir siendo una alternativa amigable con el medio ambiente para la ciudad.
Estos autos poseen una desarrollada tecnología, que al mismo tiempo es muy simple y necesita apenas mantenimiento. A nivel mecánico tienen muy pocas piezas de desgaste, y un número de componentes mínimo en comparación a un auto tradicional.
Al tener un motor progresivo, estos autos no tienen cajas de cambios ni embrague, no generan ruido ni vibraciones, todo esto permite disfrutar la conducción al máximo, manteniendo siempre un rendimiento eficiente.
Confiables y eficientes, los motores eléctricos convierten en movimiento casi la totalidad de la energía que consumen, ya que las baterías determinan la potencia que puede usar el motor y la autonomía del vehículo. A su vez, se destacan por no producir ninguna emisión contaminante durante su funcionamiento gracias a que son las baterías las que dan energía al motor eléctrico.
Para recargar la batería de un auto eléctrico necesitarás el acceso a una red eléctrica, mientras que el tiempo de carga dependerá del tipo de enchufe y la potencia que uses.
El proceso de carga puede demorar minutos si es que usas cargadores semi rápidos, rápidos y ultrarrápidos. Por ejemplo, en un punto de carga rápida con un cargador de 100 kW, el nuevo Hyundai Kona puede llenar el 80 % de sus baterías en solo 47 minutos.
Aunque a simple vista un vehículo eléctrico puede verse similar a uno convencional, si te fijas bien notarás que en su exterior hay algunas diferencias. Mientras que en la parte delantera, su parrilla suele estar cerrada ya que no necesita que entre aire para refrigerar el motor, como sí ocurre en un auto de combustión tradicional.